"Le dijsite que Miguel Ángel era un maniaco-depresivo que se retrató a sí mismo como mártir flagelado en su cuadro. Que Henri Matisse dejó la abogacía por una apendicitis. Que Robert Schumann solamente empezó a componer después de que se le paralizara la mano derecha y eso terminara con su carrera de concertista de piano. [...] Hablaste de Nietzsche y de su sífilis terciaria. De Mozart y su uremia. De Paul Klee y el escleroderma que le encogió las articulaciones y los músculos hasta matarlo. De Frida Kahlo y la espina bífida que le llenaba las piernas de llagas sangrantes. De Lord Byron y su pie deforme. De las hermanas Bronte y su tuberculosis. De Mark Rothko y su suicidio. De Flannery O'Connor y su lupus. La inspiración necesita enfermedad, heridas y locura.
-De acuerdo con Thomas Mann -dijo Peter-, los grandes artistas son grandes inválidos."
jueves, 25 de noviembre de 2010
Circunstancias.
Etiquetas:
Arte.,
Chuck Palahniuk.,
Diario. Una novela.,
Literatura.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Me encanta, Jana.
Ludwig van Beethoven, Paganini... Siempre he pensado que el arte (de cualquier tipo) va ligado a la excentricidad y/o a la locura... Excelente entrada... Gracias por compartirla.
Publicar un comentario