lunes, 19 de abril de 2010

Antídoto.

El día que descubrí que no me esperabas en el infierno mi corazón dio un vuelco. Así que al final nada de llamas alrededor. Todo está cercado con una valla blanca y tu calavera ha dejado de ser polvo y se ha rodeado de rosales que apuesto a que florecen durante todo el año. Tus brazos ya no están morados y la opción de standby se ha perdido entre la lluvia, que ya nunca es ácida. Ya nunca te duele nada, puede que algún día llegue a alegrarme realmente de que hayas encontrado el antídoto para que todo ese veneno que tenías dentro dejase de hacer su efecto.



*Pálido. Christina Rosenvinge.

4 comentarios:

Náusea dijo...

A veces parece injusto que la gente cambie. El esquema que uno se hace del mundo sólo es temporal. La verdad es que yo me resisto a buscar uno nuevo.
¡Qué bonita la cabecera del blog! : )

Mercromina Roja. dijo...

Uff, yo también me resisto.
Así que mira qué bien...

La cabecera es un poco chapuza, pero me gusta como quedó =)

Testigo del Error. dijo...

Este post me da miedo. Parece que habla de Kike. Le echo mucho de menos.


:)

Mercromina Roja. dijo...

Ya supongo. Es que habla del equivalente de Kike en mi vida, ya sabes.
Echar de menos a alguien está bien en principio, pero acaba siendo un vicio muy malo...