sábado, 26 de febrero de 2011

Paralelismos.

Wojnarowicz nació en 1954, exactamente un siglo después de Rimbaud, y murió en 1992, con lo cual vivió un año más que Rimbaud, que murió en 1891. Ambos eran producto de hogares desestructurados y padres maltratadores, ambos huyeron de un hogar de provincias hacia la gran ciudad, ambos viajaron mucho, ambos eran homosexuales. Ambos necesitaban una relación amorosa con una figura paterna idealizada y un mentor artístico que estimulara y apoyara su arte -en el caso de Rimbaud, Paul Verlaine, y en el de Wojnarowicz, el fotógrafo Peter Hujar-, y ambos tenían una personalidad violenta: Rimbaud disparó finalmente contra Verlaine, y en la imaginería de Wojnarowicz proliferaba con exuberancia la muerte y la destrucción. [...] La experiencia criminal o al margen de la ley les proporcionaba placer -su arte es de hecho una especie de homenaje al principio del placer, cuya ilicitud ensalza-, como atestiguan los escritos de Wojnarowicz, tan intensos y elocuentes como los de Rimbaud. Ambos pensaban que podían salvarse siendo excepciones a las reglas que todos los demás debían respetar, y pagaron un precio humano por hacerlo, con independencia de los resultados artísticos que obtuvieran. Ambos tuvieron una muerte verdaderamente horrible: Rimbaud tras haberle sido amputada la pierna derecha, en la que tenía un tumor -según parece padecía sífilis-, y Wojnarowicz a causa de enfermedades asociadas al sida.
Lo que acaso sea fundamental es que la imaginería de Wojnarowicz pretende obrar el mismo efecto alucinatorio que la poesía de Rimbaud -ambos tratan de romper el molde de los estereotipos artísticos evocando, según la denominaba Rimbaud, una perturbación absoluta de los sentidos-, y al igual que Rimbaud trató de transformar su sufrimiento en clarividencia. Ninguno de los dos lo consiguió, como demuestra el hecho de que ambos llevaran unas vidas que suponían una prolongada "temporada en el infierno" de todo punto desaconsejable. [...] Pero las semejanzas entre ambos se desmoronan: Rimbaud fue un vanguardista innovador, Wojnarowicz un vanguardista decadente. [...] Wojnarowicz hizo descender al plano cotidiano lo que para Rimbaud era una forma mística de ascender al cielo psíquico.
*Fragmento de Emociones Extremas de Donald Kuspit.


Fire in my belly.



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