martes, 8 de febrero de 2011

Repulsión.

La atmósfera de abandono y de muerte era extremadamente opresiva y el olor a pescado casi intolerable.

El mundo apesta. Olor a cadáveres y a pescado, entremezclados. Sensación de fracaso, asquerosa degeneración. El mundo apesta. No hay fantasmas bajo la luna tumefacta; solo cadáveres hinchados y ennegrecidos, a punto de estallar en un vómito pestilente.
No hablemos del tacto. Tocar a los seres, a las entidades vivas, es una experiencia impía y repugnante. Su horrible piel, abotargada y granujienta, supura humores putrefactos. Sus tentáculos succionadores, sus órganos de prensión y masticación son una constante amenaza. Los seres, y su espantoso vigor corporal. una efervescencia amorfa y nauseabunda, una hedionda Némesis de quimeras medio abortadas; una blasfemia.
A veces la visión nos llena de terror, a veces nos deja entrever maravillosas arquitecturas fantásticas. Pero, ay, tenemos cinco sentidos. Y los demás sentidos convergen para confirmar que el universo es francamente repulsivo.

*Fragmento de H.P.Lovecraft. Contra el mundo, contra la vida de Michel Houellebecq.

1 comentario:

WilliamofLuna dijo...

Lovecraft era un verdadero HP con talento