lunes, 22 de febrero de 2010

Cadáveres.

Estoy rodeada de cadáveres, cadáveres sentados en las sillas, caminando por la ciudad y de vuelta a casa, metiendo su llave en la cerradura. En ocasiones corriendo por el pasillo y otras arrastrando los pies, con su pútrida mirada perdida en el fondo del pasillo, en el póster de Jack Nicholson. Cuando leo cosas que no debo me intentan meter un dedo en el ojo, hacen aspavientos para que desvíe la mirada. Para que destense la nuca y asustarme como siempre.

A menudo creo que se beben mi café cuando no estoy atenta e incluso se han llegado a acabar el azúcar. Cuando alguien está de visita en mis entrañas noto su aliento en la nuca y me recuerdan que solo soy un conjunto de carne y de huesos copulando con otro conjunto de carne y huesos.

También tienen buenos detalles y su presencia me hace comprobar la eficacia de mi ambientador. En general creo que nuestra relación roza la simbiosis. Quizás tenga algo que ver la mayoría del tiempo soy uno de ellos. Sobre todo cuando me llamas “corazón” y me entran ganas de vomitar el alma si es que la tengo todavía.




*All is love. Karen O and the kids.

1 comentario:

HuelgaDeLatidos dijo...

Sobre todo cuando me llamas “corazón” y me entran ganas de vomitar el alma si es que la tengo todavía.


Bravo.